EMPRENDIMIENTO
SOCIAL
Hay
personas que todavía hablan sobre aportarle al país un granito de arena, o los que se les va la vida queriendo hacer
obras de caridad o soñando con hacer pequeños aportes para una nación con
grandes necesidades; no nos podemos quedar en el simple hecho de querer, pues
nosotros no vinimos al mundo para ser cérvidos, sino para servir (Marcos
10:45).
Hay
quienes quisieran, algún día incorporarse en un proyecto social o quienes
añorarían ayudarles a comunidades desfavorecidas, Unos aspiran a hacerlo, pero
otros, ya lo están logrando, pues al ver una comunidad que es carente de algún objeto
vital como lo es el agua, la comida o la luz, no puedo quedarme quieta y soy
capaz de quitarme el pan de la boca para dar celo a las personas menos
afortunadas, pues Dios nos ha mandado a amarnos con amor fraternal (Romanos
12:10) y a sobre llevar las cargas los unos de los otros(Gálatas 6:12).
Hoy
en día existen corporaciones con el propósito de servirle a la gente, cuyo
mayor capital está, en la humanidad de quienes hacen parte de estas empresas
que sobreviven con altruismo al entorno egoísta-capitalista que se ha tomado el
mundo, pero que aún así, teniendo mil dificultades no se cansan se servir, de
ayudar a las personas (Gálatas 6:9-10), sino que buscan implementar el
sentimiento de servicio, dando el primer paso, las iniciativas de un proyecto
que pronto, si todos cooperamos, cambiara el mundo.
El
emprendimiento social ha crecido en Colombia siendo invisible ante los ojos de
miles de ciudadanos, los cuales todavía no entienden este poderoso concepto. Se
trata de una asociación deliberada de individuos libres (Gálatas 5:13), una
suma medianamente grande en torno a una causa distinta que la de hacer dinero,
pues así como Jesús sirvió a sus discípulos al lavarle los pies a todos ellos
(Juan 13;12-15), así también nosotros debemos hacer las acciones sin esperar
nada a cambio.
Si
estamos dispuestos a unirnos a la iniciativa del Emprendimiento social, que sea
una acción guiada por su conciencia, y no una acción por vana gloria o por
esperar ganar algo a cambio, más bien hacedlo con disposición y humildad, no
mirando únicamente por lo propio, sino también por lo de los demás (Filipenses
2:3-4).